lunes, 25 de octubre de 2010

OTOÑO...

Llego el Otoño, para algunos una estación triste y melancólica, para otros inestable y fría...
Pues para mí no. Me gusta el Otoño. Es una estación llena de hermosos atardeceres, de bellas lunas, de días oscuros y brumosos que propician la reflexión y el pensamiento, el recogimiento en el hogar…y otros claros y soleados que invitan a pasear o hacer deporte, a salir con los amigos...es la estación perfecta para tomar un café al sol tras los cristales.
Es el Otoño una estación cambiante con variedad de cosas que hacer y con variedad de ricos frutos jugosos y dulces como la Granada, el Caqui… otros secos pero gustosos como la Castaña o la Bellota… y por supuesto las muy valoradas setas. Que variedad de sabores y texturas para degustar y disfrutar que amplitud de placeres y manjares.


En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.